domingo, 11 de noviembre de 2007

Analizan amenaza de las corporaciones transnacionales a la soberanía alimentaria

Fuente: www.radiomundoreal.fm

El control de los transgénicos por parte de las corporaciones transnacionales, su interés en la dominación del mercado de la alimentación a nivel mundial y el modelo de producción agrícola y campesino, fueron algunos de los temas centrales de la conferencia pública denominada “Soberanía Alimentaria y Biotecnología”, realizada el miércoles en el marco de la Cumbre por la Amistad e Integración de los Pueblos Iberoamericanos.
La actividad se realizó en el Palacio Ariztía de Santiago de Chile. Allí hicieron uso de la palabra dos representantes del Grupo de Acción sobre Erosión, Tecnología y Concentración (Grupo ETC): Silvia Ribeiro y Pat Mooney, que trabajan en México y Canadá respectivamente. Por su parte, el punto de vista campesino fue aportado por Alberto Gómez, de México, que integra la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo (CLOC) – Vía Campesina.
Gómez empezó su alocución diciendo que “el reflejo de la crisis en la agricultura es el hambre, la pobreza, la desigualdad y la migración campo-ciudad”.
El campesino explicó que en la actualidad existe una “disputa para controlar la alimentación” a nivel mundial. “Por un lado está la agricultura industrial, de exportación, de monocultivos, con transgénicos, que afecta el agua y los suelos”, dijo Gómez. “Por otro lado está la agricultura campesina, sustentable”, sintetizó.
El integrante de la CLOC – Vía Campesina agregó que las corporaciones transnacionales avanzan rápidamente para controlar el mercado de la alimentación, con el apoyo del Banco Mundial, del Fondo Monetario Internacional y de los gobiernos nacionales.
Sin embargo,el modelo de producción de alimentos que impulsan las grandes empresas ha fracasado, dijo Gómez. Explicó que en 1996 habían 800 millones de personas con hambre en el mundo, según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por su sigla en inglés). En la actualidad las propias cifras oficiales reconocen que hay 860 millones de personas con hambre en el planeta, agregó.
En esta línea, Silvia Ribeiro destacó el fracaso de la llamada “revolución verde”, que no ha sido otra cosa que la “maquinización de la agricultura”, aseguró, y que tuvo como base la idea de llenar el campo de cultivos, que fuesen controlados por grandes corporaciones transnacionales. Esa revolución expulsó del medio rural a los campesinos: se promovió una agricultura sin agricultores.
Ribeiro explicó que las grandes corporaciones son en la actualidad las dueñas de las semillas transgénicas, porque las han patentado, y las propietarias de los químicos que esos organismos genéticamente modificados toleran. Destacó especialmente a la empresa estadounidense Monsanto, a la suiza Syngenta y a otras como Basf, Dow, Bayer y Dupont.
“Todo el sistema de Naciones Unidas está pensando cómo regular sobre transgénicos, qué normas de bioseguridad imponer a los países, con el trabajo que eso significa, en lugar de rechazar esa producción”, se lamentó la integrante del Grupo ETC.
Ribeiro destacó, no obstante, que la producción de alimentos sigue siendo controlada mayoritariamente por los campesinos, a pesar de la enorme presión que ejercen las grandes empresas. “Unos 1400 millones de personas en el mundo son campesinos y ellos mantienen su costumbre de utilizar y reutilizar sus propias semillas”, finalizó.

lunes, 8 de octubre de 2007

Piden desautorizar las operaciones del puerto granelero de Cargill

La Red Rural responsabiliza a la SEAM y al Gobierno de la República del Paraguay de la desidia con que están actuando frente al grave problema que significa la próxima habilitación de un megapuerto granelero sobre el rio Paraguay, a menos de mil metros de la toma de agua corriente para la ciudad de Asunción y alrededores.

El megapuerto de la empresa multinacional Cargill contaminará con toda seguridad la zona y especialmente el agua, teniendo en cuenta que los barcos producen pérdidas de combustibles y en ocasiones provocan accidentes, además de las pérdidas que produce la manipulación de granos en cantidades astronómicas, los cuales se encuentran con riguroso tratamiento químico, cuyo descontrol ya viene causando serios daños a la naturaleza y a la vida humana en el campo.

Estos desechos serán mucho más peligrosos que las basuras domiciliarias que van a parar a las aguas del rio Paraguay, pero aguas abajo de la toma de ESSAP, la empresa estatal que provee de agua potable a toda la población de Asunción y varias otras ciudades del departamento Central.

A la Red Rural le extraña que la SEAM haya autorizado semejante obra, sin medir las consecuencias para la salud humana, y que ahora se pretende solucionar con la construcción de un muro.

Es hora de que el Gobierno nacional actúe con firmeza y no solamente de boca para afuera en contra de las multinacionales o de las empresas nacionales que atentan contra el medio ambiente y en especial contra recursos vitales, como el agua. Es hora también que la ciudadanía comprenda que las supuestas obras de progreso, pueden beneficiar, sin dudas, a unos cuantos, pero que la falta de previsión puede significar peligro de muerte para miles de personas.

A criterio de la Red Rural, las autoridades paraguayas deben suspender las construcciones y desautorizar las operaciones del futuro puerto, además de buscar también soluciones más duraderas para la provisión de agua potable a la población. El Estado paraguayo debe entender que ese es su deber asi como el Gobierno debe comprender que su responsabilidad es con esta y las futuras generaciones.

Idalina Gómez Hansen
Coordinadora General
Red Rural

sábado, 1 de septiembre de 2007

Nativos piden participar en preservacion

Fuente: Abc color
Sábado 01 de Septiembre de 2007, Paraguay

Los indígenas mbya guaraní reclamaron ayer a los ministros de Hacienda, César Barreto, y del Ambiente, Carlos López, por qué no fueron incluidos en el proyecto de preservación de la reserva de San Rafael, en donde tienen doce lugares sagrados.

ALTO VERA, Itapúa (De nuestra redacción regional de Encarnación). Indígenas mbya guaraní que habitan la zona de reserva de la cordillera San Rafael reclamaron a las autoridades nacionales por su exclusión de los proyectos de preservación ambiental de la reserva, y calificaron el hecho como una falta de respeto y discriminación.Fue durante la presentación del programa canje de deuda por naturaleza que tuvo lugar ayer en esta localidad y del cual participaron el embajador de EE.UU., James Cason, y los ministros del Ambiente, y Hacienda, Carlos López y César Barreto, respectivamente.Los líderes indígenas hicieron pasar ‘calor’ a las autoridades nacionales y organizadores del encuentro porque tuvieron que forzar su participación, que no estaba prevista en el programa, y reclamar que les permitan hablar para exponer sus inquietudes.Reclamaron que fueron informados de la reunión apenas 24 horas antes, y no tuvieron cabida en el programa desarrollado. De hecho, ningún líder nativo estuvo entre los invitados en el salón donde se desarrolló la reunión.Alberto Vázquez, presidente de una organización que nuclea a comunidades indígenas de Itapúa, sostuvo que mal se puede hablar de participación cuando nunca fueron invitados a participar de las reuniones que tocaban las cuestiones que hacen a la preservación de la zona, pese a que los nativos viven en el lugar y son dueños ancestrales de las tierras. “Cuando comenzó el tema deuda por naturaleza le pedimos al gobierno información y no nos dieron, cuando se habló de formar un consejo pedimos participación y tampoco nos dieron”, reclamó el líder indígena.Vázquez sostuvo que los nativos tienen 12 ‘tapyi’ (lugares sagrados) dentro de la reserva del San Rafael, y están dispuestos a defenderlos, reclamó que el Estado no cumple lo que establece la Constitución Nacional y la Ley 904, así como tratados internacionales que garantizan a los pueblos nativos sus tierras, al tiempo de denunciar que existe una nueva amenaza de invasión por campesinos a uno de los asentamientos nativos. Otros líderes indígenas como Hipólito Acevei y Reginaldo Urbina, de una nucleación indígena que habita en la zona del departamento de Caazapá, dentro de la cordillera, también expresaron reclamos del mismo tenor. De la reunión, que tuvo lugar en las instalaciones del la ONG Procosara, participaron representantes de ONG, propietarios de tierras ubicadas dentro del área de la reserva.

miércoles, 11 de julio de 2007

Las incertificables plantaciones certificadas por el FSC

Por: Ricardo Carrere
Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales
Disponible en http://www.wrm.org.uy/

Gente afectada por monocultivos de árboles a gran escala los han definido como "bosques muertos", "desiertos verdes", "milicos plantados", "cáncer verde", "bosques plásticos", en tanto que el árbol más simbólico usado en estas plantaciones (el eucalipto) ha sido descrito en Tailandia como el "árbol egoísta". Por supuesto que todos ellos tienen razón. Sin embargo, muchos organismos supuestamente expertos –tal como la FAO- así como la mayoría de los ingenieros forestales, definen a esos mismos monocultivos como "bosques plantados" o como "plantaciones forestales", pese a que no tienen nada en común con losbosques.

Lamentablemente, el Consejo de Manejo Forestal (Forest Stewardship Council-FSC) parece estar en desacuerdo con la gente local y apoyar en cambio a los "expertos", al considerar que estas plantaciones son bosques. Pese que el Principio 10 del FSC las describe como plantaciones, en su página de internet se las incluye en la lista de "Bosques Certificados por el FSC" y también son definidas como bosques en la mayoría de los informes de las empresas certificadoras acreditadas ante el FSC. Además, el solo hecho de que el Consejo de Manejo FORESTAL (Bosque en inglés) incluya a las plantaciones en su mandato para elmanejo adecuado "de los bosques del mundo" también implica que las plantaciones son consideradas como sinónimo de bosques.

La mayoría de estas plantaciones certificada están resultando en graves impactos sociales y ambientales, lo que implica el incumplimiento del mandato del FSC, que establece claramente que "promoverá el manejo ambientalmente adecuado, socialmente beneficioso y económicamente viable de los bosques del mundo".Desde el punto de vista ambiental, la mayoría de estas plantaciones están acabando con los recursos hídricos, están destruyendo los hábitats locales, alternado el funcionamiento de los ecosistemas, cobijando e incrementando poblaciones de plagas que afectan a otras actividades productivas rurales, impactando sobre los suelos y sobre su biodiversidad. Entre las muchas diferencias entre bosques y plantaciones, una de ellas es que los primeros norequieren el uso de agroquímicos. Las plantaciones sí –precisamente por ser monocultivos industriales- y utilizan grandes cantidades de insecticidas, herbicidas y fertilizantes químicos, que resultan en la contaminación del agua y en impactos adicionales sobre la flora y la fauna.

Desde una perspectiva social, resultan en la latifundización y extranjerización de la tierra (en áreas donde se niega el acceso a la tierra a las poblaciones locales), el despoblamiento del campo, la desaparición de otras actividades productivas, impactos sobre otras producciones agropecuarias, la provisión de escasos empleos (menos que cualquier otra actividad productiva rural), malas condiciones de trabajo bajo el sistema de subcontratistas, en tanto que la comunidades locales reciben muy escasos beneficios de esta actividad.

Son abrumadoras las pruebas que muestran que los monocultivos de árboles a gran escala son simplemente incertificables y que el FSC debería desistir en su certificación.Más aún, la mayoría de estas plantaciones tienen por destino el abastecimiento de contaminantes fábricas de celulosa, que a su vez abastecen un consumo insustentable de papel y cartón en el Norte. La certificación de estas plantaciones permite entonces que empresas destructivas se presenten a si mismas como social y ambientalmente responsables a un público desinformado, al que se hace así creer que su consumo es igualmente responsable.

Tanto las plantaciones certificadas como las no certificadas tienen impactos similares y la certificación del FSC les está de hecho dando credibilidad y fortaleciendo un paradigma de desarrollo que ya ha demostrado ser social y ambientalmente desastroso. La apropiación de la tierra por parte de grandes empresas no puede ser apoyada. El uso de extensas áreas de tierra para el consumo excesivo de papel en el Norte en un mundo con hambre debería serconsiderado un crimen. Debería estar prohibido que se le quiten sus recursos a lascomunidades locales. En un mundo donde el agua escasea cada vez más, deberíaprohibirse el uso depredatorio y la contaminación de los recursos hídricos. Debería ilegalizarse la destrucción de la biodiversidad. Todo esto y mucho más está ocurriendo en las plantaciones de árboles a gran escala, incluyendo a aquellas certificadas por el FSC. ¿Cuándo decidirán los miembros del FSC que esto debe acabar?
Auror: Ricardo Carrere
Movimiento Mundial por los bosques tropicales

lunes, 29 de enero de 2007

Las papeleras Argentinas tambien contaminan

Por: Alejandro W

Hoy en día existe toda una problematica entre Argentina y Uruguay por el tema de las papeleras que quiere instalar este ultimo país. No hay duda que las papeleras siempre terminan arrojando contaminantes al agua y al aire.

¿Saben ustedes cuantas papeleras hay en la Argentina? si no me equivoco hay unas 10 por ahí, muchas de ellas absolutamente obsoletas que ni siquiera tienen planta de tratamiento y otras que usan la misma tecnología que van a usar las papeleras en Uruguay. Ahora, ¿que dicen los Argentinos? ¿por que no hablan de las papeleras que tienen en su país y también están contaminando?. Lo que hoy esta empezando Uruguay con las plantaciones forestales y las papeleras, Argentina ya lo empezó hace mas de 30 años atrás, en las provincias de Misiones, y otras. Ahora las papeleras en Uruguay van a empezar a contaminar, y eso no es nada bueno. Hace 30 años las papeleras en Argentina estan contaminando y siguen contaminando y eso Tampoco es nada bueno. Lo peor de todo es que nadie dice ni hace nada.

¿No saben los Argentinos que Papeleras en su país están contaminando por ejemplo el Río Paraná y con eso están contaminando su propio país ellos mismos? ¿No saben o se hacen los ñembotavy? (se hacen los tontos o desentendidos). Argentina reclama que Uruguay no construya papeleras que van a contaminar, y ellos tienen varias papeleras contaminando también. ¿Has lo que yo digo no lo que yo hago? Me parece bien que reclamen para que las papeleras no se construyan pero también deberían reclamar con la misma dedicación en tiempo, en información y en protesta a "sus papeleras" que también están contaminado, su país y mi país Paraguay. Deberían reclamar tambien para que sus papeleras dejen de contaminar.

Ahora para los Paraguayos, sabían ustedes que Argentina tienen papeleras contaminando el Río Parana y contaminando nuestro pais? ¿y que hacemos nosotros? El Secretario ejecutivo, ministro de la secretaria del ambiente hizo las reclamaciones vía cancillería según salio en los medios periodístico hace un tiempo. ¿que paso después? que resultado tuvo la cancillería? ¿se cerraron las papeleras Argentinas? (deberian por que contaminan)¿Respondieron los Argentinos? ¿ nos hicieron caso? ¿ Hizo la cancillería su trabajo? ¿Nos hacemos respetar como país? y por que nosotros no protestamos de manera pacifica como hacen los Argentinos? Debemos exigir que las papeleras Argentinas dejen de contaminar nuestro Rio Parana.

La verdad muy lamentable, las autoridades Paraguayas no hacen mas nada, y los ciudadanos tampoco, y mientras vez en las noticias, en la tele y en los diarios Paraguayos y Argentinos, tema sobre el conflicto de las papeleras entre Uruguay y Argentina, mas de 10 papeleras "Argentinas" (ubicadas en la Argentina) están contaminando la Argentina y el Paraguay y ni los Argentinos ni los Paraguayos hacemos nada para detener esta contaminacion.

QUE LAS PAPELERAS URUGUAYAS NO EMPIECEN A CONTAMINAR, Y QUE LAS PAPELERAS ARGENTINAS DEJEN DE CONTAMINAR

Autor: Alejandro W